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La playa del Mal Nombre, la gran desconocida de Fuerteventura

Playa del Mal Nombre

En Fuerteventura hay muchas playas, y algunas son bastante desconocidas por los turistas. Es el caso de la playa del Mal Nombre, un precioso paraje natural, tranquilo y en el que se puede disfrutar del buen clima de la isla.

Una gran extensión de tierra

La playa de Mal Nombre se encuentra alejada del bullicio de sus playas vecinas, convirtiéndose así en el lugar perfecto para aquellos que buscan tranquilidad y desean desconectar.

Esta playa es un paraje virgen, en la desembocadura del barranco del Mal Nombre, en el litoral de la Península de Jandía (zona norte de Fuerteventura). Con una longitud de casi 1.3 km de largo, y 50 metros de ancho y medio, está delimitada por pequeños acantilados que llegan hasta el mar.

Aguas cristalinas y arena dorada

Playa del Mal Nombre en Fuerteventura

Al igual que sus playas hermanas, la playa del Mal Nombre también goza de una arena que parece dorada al entrar en contacto con los rayos de sol, muy fina y nada molesta al pisarla.

Una de sus particularidades es la marea, que baja y sube a lo largo del día. El agua es blanca y cristalina, pudiendo verse a los peces nadar alrededor de la costa. Incluso puede que alguno se acerque a mordisquear la piel muerta de los pies mientras estés caminando o entrando en el agua.

Al bajar la marea se forman pequeños charcos que invitan al baño, ideal para que los más pequeños chapoteen. No son aguas muy profundas, y el oleaje es tranquilo, por lo que se puede disfrutarse de un buen baño o paseando por su extensa costa.

El lugar perfecto en el que pasar el día

Para todos aquellos que prefieran estar en una playa grande, pero sin el agobio de sentirse “aplastado” por el bullicio de los bañistas, la playa del Mal Nombre es el paraíso.

Un espacio perfecto para relajarse tumbado en la toalla disfrutando del sol, para caminar por su extensa costa o para disfrutar de un buen baño cuando el calor comienza a agobiar. No hay que preocuparse por el aparcamiento, dado que cuenta con un parking cerca de la entrada de la playa bastante extenso.

Y si no te has llevado nada de picoteo, o te apetece tomarte una bebida fresquita, el chiringuito es muy fácil de encontrar. Ofrece tanto bebidas frías como varios de los platos típicos de la isla. Además, también cuenta con un servicio de alquiler de hamacas y sombrillas, para aquellos que no vayan muy preparados.

Puede ser un destino romántico ideal para una pareja, así como para una familia con hijos. Dado que la marea no es muy alta, los niños pequeños pueden nadar por la costa sin preocupar a los padres. Y gracias a los charcos que se forman, ni siquiera hará falta que se metan en el mar para disfrutar de un baño.

Una de las playas más espectaculares de la isla, que, para bien o para mal, no es tan conocida como el resto de playas. Aunque, esto es una buena ventaja si lo que prefieres es la tranquilidad.